¿A quién le importa la menopausia?

Antes de seguir, quiero dejar claro que este mensaje se dirige hacia un sector bien particular de mujeres, al que yo pertenezco y donde me reconozco en otras, tanto desde las luces como en las sombras : las “mujeres con privilegios”.

¿Quienes somos, las privilegiadas?

Nacimos en territorios ricos, con pieles que van desde pálida hasta más tostada, pero, desde esta necesidad de colocarnos en compartimentos estanco, somos las “blancas”. Pudimos llegar a una educación, tenemos techo, no recordamos lo que es no tener agua corriente y potable, fría y caliente, ni tampoco sabemos lo que es no tener un enchufe para recargar nuestro móvil. Trabajamos, aunque sea precariamente, intermitentemente, y si no, tenemos familia o amistades y hasta servicios sociales que nos apoyan. Tenemos cuenta bancaria a nuestro nombre, y seguramente coche. Tenemos internet, ordenador, tablet y/o móvil, y por ello acceso a la gran red de información interplanetaria, que también es vertedero. Nos llegan las noticias sobre el estado del mundo. Somos las que sentimos que tenemos privilegios y a la vez nos seguimos sintiendo un cero a la izquierda, o casi.


Casi todas arrastramos una herida de infancia que se niega a sanar, somos hijas de este tiempo en constante adolescencia, que niega y a veces aborrece, los procesos de madurez… Nos debatimos día tras día entre varias ideas de cómo podría ser el mundo, de qué podríamos nosotras poner en marcha para que esto ocurra. Nos sentimos cansadas de mil luchas: desde la supervivencia propia y familiar a la hecatombe que percibimos cercana para el planeta…. Desde esa privilegiada voy a hablar , no sin añadir antes que utilizo este término con sana ironía, para poner en evidencia que si bien tenemos “más” privilegios, también estamos bastante “jodidas”.


También soy una blanca privilegiada que empieza a tomar consciencia de que existen millones de mujeres diferentes a mí, con menos privilegios sin por ello ser “menos”que yo. Mujeres que quiero escuchar, comprender y respetar, las que me recuerdan que “mi” liberación no es suficiente: de ahí nace mi conciencia feminista. Sin embargo, por respeto a su propio camino, me ocupo de “mi” liberación y de las de mi colectivo, un primer paso que me lleva a abrazar a todas las mujeres de este planeta.Es desde aquí, desde esta mujer blanca y privilegiada que sigo escribiendo.

Las anodinas

Hay muchas maneras de abordar el climaterio y dentro de él, cómo vivir la menopausia y los años que vienen detrás. Hoy día, para nosotras las “privilegiadas”, la menopausia se ha convertido en una serie de patologías. De nuevo, hemos pasado del 0 al 100. Me refiero que para las mujeres que rondamos los 50, la“retirada” de nuestras madres, fue vivida en total silencio y para muchas de ellas, hasta con cierta alegría; muchas vivieron la retirada como un gran suspiro de alivio, al dejar de tener que atender el mandato sexual que la etapa menstruante conllevaba en otras épocas: satisfacer a su marido y parir sin control reproductivo. Pasaron por su climaterio sin apenas hacer ruido, aunque algunas lo hicieron, entre ellas mi madre: ella se separó, apostando por su camino.

Mi madre, una mujer anodina, que hizo ruido con su menopausia, sin ella saber que sus hormonas guiaban sus pasos. Mi madre, que ensanchó el camino para que yo, la próxima en el linaje lo encontrará más desbrozado, más amplio, más liviano.

Me gusta compartir algo que aprendí de la pensadora feminista Nieves Muriel: el patriarcado está lleno de mujeres que, a su manera, buscaron fugas para seguir escribiendo, si bien no en los libros, sí en las mentes y cuerpos de sus hijas, historias de vida que transmitieron, a su manera, la libertad de “ser mujer”, de superar roles establecidos, de pensar y accionar su libertad. No sólo fueron grandes heroínas cuyos nombres son hoy referentes dentro la “herstory” de las mujeres. Hablo de las anodinas, nuestras madres. Desde este lugar me sitúo para mirar la historia de mi linaje y agradecer sus vivencias pues yo no sería hoy quien soy sin su legado. Gracias, ama (mamá en euskera).

¿Qué importa, hoy, que una mujer tenga su menopausia?

Sí, es cierto:, hoy, cada día hablamos más de ella, de la menopausia, del climaterio, de los sofocos, de la sequedad vaginal, de lo juveniles que somos, de los cuidados a nuestro alcance, de la sexualidad que deberíamos sentir… nosotras y el sistema económico. ¿Por qué? Pues porque la franja de mujeres “privilegiadas” llegando a esta etapa es cada vez más extensa, y porque tenemos más acceso al mercado, porque tenemos más dinero que nuestras madres y estamos más contaminadas por el consumismo…, porque nos hemos vuelto interesantes para “ Papá Consumo”, porque muchas tenemos miedo a envejecer y porque saben cómo utilizar esa emoción para llevarnos a sus terrenos…

Pero, para lo demás, para lo que llamamos “vida”…. ¿Qué importa que una mujer tenga su menopausia?…

Silencio en la sala…

¿Quién es una mujer en menopausia?

Una mujer en menopausia nunca ha sido una mujer anciana y lo será cada vez menos. Las que tenemos privilegios llegamos ciertamente tocadas, pero también cada vez más “jóvenes”. La figura de anciana ( unos 70 años hoy día y creciendo), llega después y con ella el arquetipo de la Sabia.

Una mujer en menopausia, ayer y hoy, es una mujer que puede estar física y mentalmente muy sana y muy cuerda, que va asegurando más y más sus pasos hacia la maestría de su futura sabiduría y desarrolla con arte su capacidad de intuición. Reúne la experiencia y el conocimiento y por ello tiene la capacidad de ser líder. Desarrolla un sentido del humor exquisito y tiene ningún o pocos pelos en la lengua.Normalmente ha perdido el miedo al juicio externo y va “a su bola”.


En las sociedades matrísticas las mujeres en menopausia, junto a los hombres rondando los 50/60, son los líderes elegidos y respetados por sus pueblos. Siento y pienso que este es un camino a recuperar, un camino que nos lleve de vuelta hacia el respeto a la vida y a sus etapas, a los liderazgos maduros, entrañables y compasivos, pero también firmes y con un sentido de la ética.


Siento y pienso que, para ello, para poder recuperar este papel, es necesario que nosotras creamos en esa sensación que bulle dentro, entre sofoco y sofoco; que nos sintamos importantes, necesarias, imprescindibles, en nuestros distintos ámbitos sea doméstico, amistosos o profesionales. Siento y pienso que es importante que nos aceptemos mayores, maduras y renunciemos a dejarnos liderar internamente por una niña herida.


Sería importante por supuesto que se nos tuviera en cuenta, que socialmente se nos viera. Eso ayudaría mucho, muchísimo. Ahí está nuestra rabia: no sentimos ser tenidas en cuenta. La mujer madura siente que va desapareciendo del centro de la escena al mismo tiempo que intuye que es importante su papel, que tiene mucho que aportar. ¿qué podemos hacer con esa rabia, entonces?


Como siempre va a hacer falta que nosotras empecemos. Ya hemos empezado, Llevamos años en ello. Pero esta vez somos más, somos muchas las privilegiadas con ganas de dar un salto hacia una segunda rebeldía. Este es un factor a nuestro favor: contagiemos a cuantas más podamos.

Empecemos pues. Empecemos a cultivar nuestra salud, desde ese precioso (y un tanto irónico) preámbulo de la OMS que dice así…

“La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades. El goce del grado máximo de salud que se pueda lograr es uno de los derechos fundamentales de todo ser humano sin distinción de raza, religión, ideología política o condición económica o social.”

Preámbulo de OMS

Empecemos a poner orden a nuestra SALUD COLECTIVA. De primeras, huyamos del aislamiento al que muchas mujeres nos enfrentamos en la madurez: hemos de entender que sólo podremos construir NUEVA SALUD, EN RELACIÓN CON OTRAS.


Desde esta necesidad mía, propia, nació el proyecto SEGUNDA PRIMAVERA que hoy quiero presentar y que vuelve re visitado y ampliado. Un anhelo por contribuir a la resignificación de esta etapa sexual femenina, abordando la salud desde esta óptica abierta que abarca no solo la falta o presencia de síntomas patológicos sino que trata de dar una panorámica general al estado en el que llegamos las mujeres al plantarnos ante nuestro climaterio, alrededor de los 45 años y que transitaremos durante más de una década.

En breve iniciamos el LABORATORIO SEGUNDA PRIMAVERA. El primer bloque se inicia el 12 de OCTUBRE Y finaliza el 19 de Diciembre, y versa en torno al AUTOCUIDADO. Te invitamos durante estos meses a hacer balance. Accederás a charlas y sesiones de trabajo online que ayudarán a recuperar tu Salud, y por ello tu auto estima. LO mejor de todo, lo vas a hacer acompañada por un grupo de mujeres de distintos lugares del mundo. Aún quedan plazas. Te dejo el link al programa completo. No dejes de echarle una vista.


Y por favor, no digas que no tienes tiempo. El tiempo es tuyo, tú decides en qué emplearlo.


¿Hasta cuando la postergación será tu elección? Da el paso. entra de lleno en tu segunda Primavera.